16. Las cursilerías de la prosa turística

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Cuando comencé a viajar por la Argentina a fines de los 80 el paradigma de la folletería turística era la “prosa Automóvil Club Argentino” que parecía escrita por la misma persona que hacía los discursos para los generales de la dictadura. Veamos algunos ejemplos: Córdoba es “el cuadro alegre y reconfortante del paisaje cordobés (…) al contacto halagador de un sol ardiente que entibia los rocíos invernales y decora de arreboles las tardes del estío. Polícroma maravilla de serranías (…) un permanente halago para los sentidos (…) motivos típicos y valores históricos de trascendencia (…) la influencia que la Córdoba tradicional ejerce sobre el viajero”. De la provincia de Buenos Aires, la prosa ACA rescata su “cálido aliciente de otros panoramas (…) un marco luminoso de tierras feraces y mieses doradas (…) centros turísticos suntuosos y pueblos laboriosos, florecientes, se unen en intrincado lazo al encanto del paisaje (…) la ostentosa opulencia de los centros de recreación y diversión nocturna (…) la típica plaza provinciana donde desde un viejo y carcomido árbol o tras las grietas de un puesto de piedra, resplandece todavía un tiempo que fue singular y heroico (…) labor tesonera (…) pujantes realidades (…) ubérrimas tierras de faena agropecuaria”. En Catamarca, el ACA nos advierte que “para “descubrir” Catamarca, el turista deberá contemplar con detenimiento esta tierra, porque en ella el “paisaje es belleza” y cada lugar guarda íntima relación con su pasado histórico (…) un pueblo que, sin abandonar arraigadas tradiciones que devienen del fondo de los siglos, se proyecta, pujante, hacia un futuro promisorio”. Jujuy, según la cursilería del ACA, “se planta con pie firme frente al presente y apunta decididamente al futuro a pesar de conservar sus rasgos de inconfundible personalidad (…) cada elemento constitutivo de la ciudad o de toda la provincia es motivo de atracción para el turista”. Tucumán, “pueblo laborioso y pujante, exhibe con orgullo su esfuerzo creador fructificado en importantes obras de ingeniería”. Santiago del Estero “sobrelleva sin prisa el paso de los años y ha llegado a nuestros días conservadora de su pasado y embellecida por maduras tradiciones (….) Sorprenden localidades de vida ágil y progresista, como Añatuya, Frías o La Banda (…) acaso olvidados en el tiempo, pueblos con dulce sonoridad quichua y todo el encanto de lo añejo y lo auténtico (…) el turista descubrirá un apreciable acervo folclórico en plena vigencia (…) conocer en plenitud la honda vibración telúrica de su pueblo solícito y cordial”. Misiones: “todas las posibilidades interés turístico están dadas en Misiones, que brinda una espléndida conjunción de paisajes de subyugante belleza (…) escenarios naturales que se amalgaman con la obra que la laboriosa tenacidad del hombre supo forjar”. Corrientes “es el grito salvaje, pero inaudible de la naturaleza. Como misteriosa es la subyugante vida que transcurre en los esteros del Iberá (…) Corrientes, la novia del Paraná, posee en su territorio auténticos atractivos turísticos (…) así crece vertiginosamente, sometida a los caprichos de la naturaleza, impulsada hacia el futuro, la hermosa tierra correntina”. Santa Cruz : “esta tierra de extraña belleza y agreste conformación geológica, es futuro argentino (…) Visitar, hoy, Santa Cruz es sin duda una incursión de noble aspiración argentina y motivo de solaz (…) un excitante encuentro con el paisaje argentino patagónico con la fuerza propia de su tierra”.

La prosa turística argentina es rica en adjetivos inverosímiles. El patético e inexistente adjetivo “imperdible” fue impuesto por la revista Lugares cuando era de Luisa Züberbuhler y hoy es de uso más común que la mortadela. Quizá por eso algún escriba de folletos se sintió motivado a superarlo y acuñó este otro: “indesperdiciable”. Este neologismo figura en un folleto oficial de la provincia de Formosa que orilla la prosa cursisurrealista: “la avifauna corta el firmamento con sus constantes vuelos formando una desordenada cuadrícula espacial (…) la majestuosidad de la masa hídrica es tan imponente que transmite un poder mágico a quien lo revela, ya que se siente ante la existencia de Dios”.

Comments
  • Diego Bigongiari
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    da vergüenza lo mal y bruto que escriben en los medios argentos. Están los castellanófagos de Página 12 con sus e y x en vez de o y a, las chichipías de La Nación con títulos inefables como El look total white de Pirulina Culogrande y hoy, en Infobruto, Susana Ceballos escribió “Walker nació en California pero creció en el Valle de San Fernando en Los Angeles”, un “pero” bien de bruta ignorante. Y, sin firma de brutautor, “los automovilistas circulaban por la vía de circulación”. Suerte que con el sorete malcagado boca sucia de Milei con unos vouchers mejorará mucho la educación en el país….

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