40. Las estrellitas Michelin
Hace unos años se publicó la primera guía verde Michelin de la Argentina. Publicadas desde 1900, son a mi gusto las guías más completas y confiables que existen. Pero tienen ese curioso hábito de categorizar los atractivos con estrellas, de cero a tres, que me resulta incomprensible. Yo mismo publiqué durante 15 años una guía de vinos donde estos eran calificados con una a cinco estrellas, pero en base a una planilla de cata centesimal que desarrollamos a partir de la de la Organización Internacional del Vino. ¿Cómo se hace para atribuir estrellitas a los atractivos turísticos en forma objetiva? Hay un delicioso librito de Xavier Sust, Las estrellas de la arquitectura, dedicado a analizar el criterio de la guía Michelin en lo que hace a las obras arquitectónicas: lo antiguo prima sobre lo moderno y así una obra mediocre pero vieja tiene más chances de lograr estrellitas que una obra maestra pero moderna. También lo grande prima sobre lo pequeño y así un gran adefesio como El Escorial tiene más puntaje que una deliciosa pero pequeña capilla románica.
Me gustaría ir más allá y escribir Las estrellas de los paisajes tratando de comprender cómo atribuye Michelin sus puntajes a los espacios naturales, pero por más que lo pienso no encuentro una lógica: los sitios de Argentina que según la guía verde son tres estrellas son la quebrada de Humahuaca, las cataratas del Iguazú, Talampaya, Ischigualasto, Laguna Brava, la comarca de San Martín de los Andes, península Valdés, glaciar Perito Moreno y la cueva de las Manos. Ahora bien: ¿con qué criterio la quebrada de Humahuaca vale más estrellitas que los valles Calchaquíes? ¿cómo se puede establecer que la comarca de San Martín de los Andes es más atractiva que la de El Bolsón o la Pehuenia? ¿porqué Laguna Brava sería superior turísticamente a Lago San Martín? ¿Cómo se pudo determinar que una ciudad como Burdeos para Michelin vale una estrellita más que Buenos Aires? Para mí es un enigma.
Recientemente se publicó la primera guía roja Michelin de restaurantes pero no de Argentina sino sólo de Buenos Aires y Mendoza, además pagada con dinero nuestro por el ministro de turismo del anterior gobierno. Creo que nunca comí en un restaurante con estrellita/s Michelin. Y me río de los cocineros jetones que se desviven por obtenerlas.