8. Crédito versus poupança
En las rutas del este misionero las únicas radios AM que se captan son brasileras (y todas las antenas parabólicas apuntan al satélite público brasilero de tv) y mientras las escucho me sorprende la cantidad de veces que oigo en las propagandas la palabra poupança, que significa “ahorro”. Los bancos ofrecen ahorro todo el tiempo y en todas las salsas. Es chocante la diferencia con nuestra cultura financiera (algo que me suena a oxímoron…) donde la palabra ahorro no se oye nunca: al contrario, nuestros bancos, si hacen publicidad, es de créditos de consumo, para gastar plata que uno no tiene en lujos que no debería permitirse. Es inevitable preguntarse sobre el futuro de dos países y dos culturas tan distintas: a los 208 millones de brasileros se los incita a ahorrar, mientras a los 46 millones de argentinos nos motivan a gastar por adelantado. El único lugar de la Argentina donde vi la palabra “ahorro” escrita y promocionada fue en San Luis: mientras recorría la provincia el gobierno acababa de lanzar un plan de ahorro con estampillas garantizado en dólares. No casualmente San Luis es la provincia argentina que luce mejor gobernada, por feudalmente que sea.
O que fuera. Porque cuanto antecede fue escrito hace diez años, pero sigue siendo cierto con los Ahora 12, 24, 48 o 72 al 140% de inflación: ni la presidencia Macri ni la vicepresidencia Fernández presidencia Fernández tuvieron mucha idea de poupança a lo largo de los años, más bien todo lo contrario e incitando al soberano a lo mismo.
En Argentina, vaya contradicción, la plata no se funde ni atesora: se quema.