CHAOS 2001

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No suelo pasar tiempo contemplando mis botellas de vino puestas a añejar y así fue con sorpresa, anteayer, que vi (gracias a que tuve la prudencia, como indica el arte de la guarda, de sacarle el capuchón) que un corcho estaba húmedo de vino y peor aún, el cuello de la botella blanco de algo fúngico. Era una botella de Chaos 2001, el vino que desde 1997 elabora mi amigo Antonio Terni en su Fattoria Le Terrazze de Numana, cerca de Ancona, en Las Marcas: la última que me quedaba.

Nunca, en 20 años de guardar vinos, había visto un corcho así. Dí por perdido al vino, también cuando noté que tras su casi cuarto de siglo recostado, el líquido apenas llegaba a los hombros de la botella. Cuando quise descorchar con la mayor prudencia, bastó apoyar la punta del tirabuzón para que el corcho se fuera dentro de la botella y me dije, “ya está, esto es vinagre”.

CHAOS 2001

Ver pico de la botella con hongos y el corcho flotando

Pues no. El vino (que estoy bebiendo al compás de estas líneas) está perfecto. Contiene un hermoso e intenso bouquet en el orden de las mermeladas antiguas y en boca hace pensar en textiles como la seda, el terciopelo, la lana de vicuña…tan integrado que no admite descripción más allá de su largo, muy largo final con gustillo de nuevo a mermeladas antiquísimas.

La contraetiqueta es la primera y única inteligente que leí, entre decenas de miles de botellas: “La teoría del “Chaos” explica porqué algunas realidades no se pueden explicar del todo. Así como un vino –este vino, cualquier vino– no se puede explicar en base a las innumerables interacciones entre sus componentes. Mejor así.” Esto lo escribió Antonio, quien también elige cada año las formidables imágenes de los conjuntos de Mandelbrot hechos con computadora y que son la etiqueta: otra vez, la mejor etiqueta que vi en la vida.

Chaos 2009

Chaos 2018

Chaos 2020

Chaos 2022

Chaos 2001 me conmueve: cuando estas uvas de Montepulciano (50%), Syrah (25%) y Merlot (25%) estaban madurando a punto de cosecha yo estaba en un inolvidable viaje de una semana a Hawaii y a los pocos días de volver, una mañana sonó el teléfono y mi madre me dijo “prendé la televisión”. Tenía apenas una chiquita blanco y negro pero lo que vi me hizo salir en auto al bar con pantalla gigante más cercano y ahí, mirando la CNN y tomando un vermouth (cosa que no me ocurre en las mañanas normales de la vida) vi en directo el derrumbe de la Torres Gemelas, el otro impacto en el Pentágono, todo. Pero hubo más caos en 2001, al menos en Argentina: entre octubre y diciembre estuve trabajando para la hostería de Isla Victoria en relevamiento cartográfico y de excursiones y viendo por tv a la noche cómo se desmoronaba el gobierno Doctor De la Rúa & Hijos. Volví a casa justo un par de días antes del trágico, pero también ridículo, final. Así que 2001 fue caos, completo.

En Wikipedia, la explicación de qué es un conjunto de Mandelbrot se me hizo chino básico:

“El conjunto de Mandelbrot es el más estudiado de los fractales. Se conoce así en honor al matemático Benoit Mandelbrot (1924-2010), que investigó sobre él en los años setenta.

Este conjunto se define en el plano complejo fijando un número complejo c cualquiera. A partir de c, se construye una sucesión por recursión (…) Si esta sucesión queda acotada, entonces se dice que c pertenece al conjunto de Mandelbrot, y si no, queda excluido. Por ejemplo, si c = 1 obtenemos la sucesión 0, 1, 2, 5, 26, …, que diverge. Como no está acotada, 1 no es un elemento del conjunto de Mandelbrot. En cambio, si c = –1 obtenemos la sucesión 0, –1, 0, –1, …, que sí es acotada y, por tanto, –1 sí pertenece al conjunto de Mandelbrot.

A menudo se representa el conjunto mediante el algoritmo de tiempo de escape. En ese caso, los colores de los puntos que no pertenecen al conjunto indican la velocidad con la que diverge (tiende al infinito, en módulo) la sucesión correspondiente a dicho punto. En la imagen de ejemplo, observamos que el rojo oscuro indica que al cabo de pocos cálculos se sabe que el punto no está en el conjunto mientras que el blanco informa de que se ha tardado mucho más en comprobarlo. Como no se puede calcular un sinfín de valores, es preciso poner un límite y decidir que si los p primeros términos de la sucesión están acotados entonces se considera que el punto pertenece al conjunto. Al aumentar el valor de p se mejora la precisión de la imagen.”

En trotanumeros.com, encontré una explicación un poco más accesible: “el conjunto de Mandelbrot, una figura compleja generada mediante fórmulas matemáticas iterativas en el plano complejo. Visualmente, el conjunto parece un universo en miniatura, lleno de espirales, antenas, miniestructuras autorreplicantes y simetrías fascinantes. Este conjunto no solo es un deleite visual, sino también una representación gráfica del comportamiento caótico frente al orden. Se ha convertido en un símbolo del caos determinista y del vínculo entre las matemáticas y el arte.”

En suma, lo bonito de esta historia es que Chaos 2001, que debía estar avinagrado con ese corcho derretido, estaba en cambio sublime. Así que no todo el caos está para jodernos…

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