El capitalismo en su fase criminal-delincuencial

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La era de los “robber barons” (barones ladrones, de los que hubo docenas en Estados Unidos, desde Astor hasta Vanderbildt) fue mitigada por la crisis de los años ‘30 que llevó al poder al gran demócrata keynesiano Franklin Delano Roosevelt (de otra familia de “robber barons”) quien el 29/4/1938 dijo al Congreso: “La libertad de una democracia no está a salvo si la gente tolera el crecimiento del poder en manos privadas hasta el punto de que se convierte en algo más fuerte que el propio estado democrático”.

Once años después, Albert Einstein publicó ¿Porqué socialismo? (cuya lectura recomiendo, en este mismo blog) donde escribió: “El capital privado tiende a concentrarse en pocas manos, en parte debido a la competencia entre los capitalistas, y en parte porque el desarrollo tecnológico y el aumento de la división del trabajo animan la formación de unidades de producción más grandes a expensas de las más pequeñas. El resultado de este proceso es una oligarquía del capital privado cuyo enorme poder no se puede controlar con eficacia incluso en una sociedad organizada políticamente de forma democrática.

Hace casi 80 años, el visionario de la relatividad y el espaciotiempo veía claro aquello que hoy es evidente hasta para economistas como Alan Greenspan, quien estuvo casi 20 años al frente de la Reserva Federal de Estados Unidos: “Como he dicho a menudo… esta (desigualdad de ingreso creciente) no es el tipo de cosa que una sociedad democrática —una sociedad democrática capitalista— puede aceptar realmente sin pronunciamiento” expresó en 2005…hace dos décadas. Dos años después, estalló la crisis de las hipotecas subprime que llevó a la bancarrota al cuarto banco de inversiones estadounidense: los otros se salvaron gracias al presidente Barack Obama y el dinero de los contribuyentes. Que aparentemente fue un préstamo devuelto con pequeño beneficio para las arcas del Estado.

John D. Roosevelt caricaturizado como magnate mundial

Sin embargo, entonces hacía más de un lustro que el financista Warren Buffett escribió a los inversores de su firma Berkshire Hathaway sobre los derivados financieros (que es lo que eran las hipotecas subprime, basura transformada en oro) “Los vemos como bombas de tiempo, tanto para las partes que invierten en ellos como para el sistema económico (…) los derivados son armas financieras de destrucción masiva que implican peligros que, si por ahora son latentes, son potencialmente letales”. Seis años más tarde Buffet escribió: “Los derivados son peligrosos. Han incrementado dramáticamente el apalancamiento y los riesgos de nuestro sistema financiero. Han vuelto prácticamente imposible para los inversores entender y analizar a los más grandes bancos comerciales y de inversión. Permitieron a Fannie Mae y Freddie Mac practicar masivas alteraciones de ganancias durante años”.

Vaya si Buffet tiene razón: si se pregunta a un Chat GPT sobre el monto total de los derivados globales responde que está estimado en más de 600 trillones de dólares (trillones de 12 ceros) con algunas estimaciones que sugieren que podrían alcanzar tanto como 1 cuadrillón (uno con 15 ceros). Pero el valor real de mercado de esos derivados es de alrededor de 12,4 trillones en 2021. O sea que los derivados valen lo que valen pero también 50 o 100 veces más. ¿Cabe imaginar algo más trucho? ¿Un derivado sobre los futuros de la menopausia de la actriz porno Chula Putusa?

Tras aquél primer desastre financiero (el más grave después de 1929) le preguntaron al veterano inversor británico Jeremy Grantham que aprendimos de eso y dijo: “A corto plazo mucho, a medio plazo un poco, a largo plazo nada de nada”.

Y así, como si no bastara con los derivados, en 2009 alguien que nunca se supo quién es, inventó el bitcoin y allí nació la fiebre de las criptomonedas. Otra vez el lúcido Warren Buffet definió al bitcoin como “veneno para ratas al cuadrado”. El bitcoin y todas las criptomonedas todavía no le cambiaron la vida a la enorme mayoría de la humanidad, pero sí a los criminales, lavadores de dinero sucio, narcotraficantes y terroristas además de aventureros y sinvergüenzas de todo el planeta. Lo grave es que este “veneno para ratas” está siendo adoptado por el sistema, encabezado por demenciales delincuentes de la talla (convicta o presunta) de Donald Trump (quien ganó las elecciones de 2024 en buena parte gracias al aporte de los criptoestafadores) y Javier Milei, quien ganó quizá nada más que fama mundial con su “memecoin” $Libra.

Leo en The Atlantic un artículo de David Frum (“How Crypto Could Trigger the Next Financial Crisis”) que me deja estupefacto, demostrándome que el capitalismo pasó de su etapa industrial a su etapa financiera y ahora entró en la etapa criminal-delictiva y, si se incluye a Elon Musk, drogona-alucinatoria. Una sorprendente mayoría de diputados y senadores yanquis burroelefantes azulrojo (evidentemente el criptodinero es muy persuasivo) votó este año una norma ridículamente llamada GENIUS (Guiding and Establishing National Innovation for U.S. Stablecoins Act) referida a las criptomonedas llamadas “estables” porque tienen paridad casi siempre con el dólar pero como bien demostró en 2022 la stablecoin Terra de estable no tienen nada: esa reventó evaporando 60 mil millones de dólares de pobres boludos. Tampoco son más seguras que guardar la plata en el banco: sólo en 2025 se robaron 3 mil millones de dólares en criptomonedas.

Dice el artículo: “La real ventaja de las stablecoins es que permiten a quienes disponen de fondos entrar al sistema del dólar estadounidense (99 por ciento de todas las stablecoins están ligadas al dólar) mientras se eluden las normales reglas del gobierno de Estados Unidos, tales como “Conoce a tu cliente”, leyes que exponen a los depositantes bancarios a intrusivas preguntas sobre quiénes son y de dónde obtuvieron su dinero.”

El artículo afirma que hoy el mercado de las stablecoins es más pequeño que el doceavo banco más grande Estados Unidos y que si reventara mañana no pasaría nada grave. Pero gracias a GENIUS, según analistas del banco Citi el mercado de stablecoins podría alcanzar 4 trillones en 2030 y si reventara como el globo de aire que es, reverberaría en todo el sistema financiero global.

Y sigue explicando que los atorrantes que emiten stablecoin no pagan seguros de depósitos como los bancos. Su único respaldo son los valores que (se supone, si no sufren inclinaciones ponzianas…) compran con el dinero de los boludos que les creen y, en el mejor de los casos, son bonos del tesoro yanqui: ganan o pierden valor de acuerdo a la tasa de interés de la Reserva Federal. O sea que el mejor respaldo que puede tener una stablecoin se agranda o se achica con la tasa de interés de la Fed. Y nada les impide buscar mayores retornos en otras inversiones más riesgosas. “Esto asegura que el primer aviso de problema llegará muy probablemente demasiado tarde para evitar la catástrofe”.

El delirio criminal al estado puro: “En 2023, el cripto-cambio Binance establecido en las Islas Caimán pagó más de 4 billones de dólares al tesoro estadounidense después que el Departamento de Justicia encontrara que ese cripto-cambio había permitido “sospechosas transacciones con terroristas” incluyendo la Jihad islámica palestina, Al-Qaeda, el Estado Islámico de Irak y al-Sham (ISIS) y las brigadas Al-Qassam de Hamas. En octubre de 2025, el presidente Trump perdonó al fundador de Binance entre reportes de que Binance pronto entraría en negocios con las aventuras cripto de la familia Trump.”

Y como si no bastara con Tramp-oso, Frum agrega que bancos como el Bank of America, Deutsche Bank, UBS y Goldman Sachs están estudiando emitir una stablecoin conjunta, “desplegando sus prestigiosos nombres para reasegurar a depositantes sin seguro” como si con todo su prestigio esos pavos reales no se hubieran metido a fondo en la cloaca de las hipotecas subprime…pero los salvó el gobierno.

Después informa que “El Financial Times recientemente reportó que operadores cripto pusieron más de un billón de dólares de beneficios (antes de impuestos) en los bolsillos del presidente y su familia durante el año pasado. Estos pagos trajeron algunas ventajas: en abril, el Departamento de Justicia anunció que cesaría la mayor parte de las investigaciones sobre fraude con criptomonedas y desmantelaría al equipo investigador. El emprendimiento cripto de la familia Trump, World Liberty Financial, también debutó con su propio stablecoin, USD1.”

En Wikipedia en español, en “capitalismo financiero”, se lee que “El capitalismo financiero se comporta como los terratenientes y élites no capitalistas que buscan la riqueza privada y particular sin tener que desarrollar ni invertir en el desarrollo de las fuerzas de producción, en este sentido el capitalismo financiero es un capitalismo feudal”.​ Y que el total de los negocios mundiales de estos bucaneros de cuello blanco a diario, superan el PBI anual de América Latina y el total de sus operaciones financieras mensuales mundiales sería 1,5 veces el PBI mundial. Al parecer, razones para emprender ya una revolución socialista mundial no faltarían. ¡Si supiéramos bien cómo construir socialismos democráticos, más allá de Escandinavia!

En 2024, en Trumplandia, el 10% más rico de los trumplandeses se quedó con ⅔ de la riqueza total, mientras el 50% más pobre se las arregló con un 2,5%. Apretujados y sin quejarse. O voten a Warren, Sanders y Mamdami.

En el mundo, el 1% más rico posee casi la mitad de la riqueza global. Y el 52,5% de la población mundial controla sólo el 1,2% de la riqueza total. Incluídos en el 1%, por supuesto, Xi Jinping y sus multibillonarios aun no desaparecidos y Putin con los suyos aun no defenestrados.

Si no fuera periodista, yo cerraría: ¡Viva el socialismo! ¡Muera el capitalismo financiero y criminal!

Como lo soy, cierro así: Y además, quieren hacer mierda el planeta con negacionismo climático y fábricas de inteligencia artificial desregulada.

¡Ah, y me olvidaba!: leo por ahí que al menos el 10% del producto bruto de la humanidad en el planeta Tierra es plata negra, sucia, sangrienta, criminal, mal lavada o en el mejor de los casos, evadida. ¿Sólo 10%?

La pirámide del capitalismo…hace más de 100 años