Elon Musk ¿es un genio, o el pelotudo más caro del planeta?
Hace unos meses, alguien a quien considero una persona inteligente, creativa y educada me dejó helado cuando en un intercambio de mensajes definió a Elon Musk como “el Leo Da Vinci del siglo XXI”. Lo objeté con tal vehemencia y datos que finalmente se retractó a “el Edison del siglo XXI” lo cual no me molesta tanto.
Dejando de lado a Leonardo, que además de inventor e ingeniero militar fue un sublime pintor y un profundo escritor, es decir un humanista, me parece que vale la pena interrogarse acerca de cómo y porqué alguien que a todas luces sólo destaca como empresario e inversor puede ser considerado un genio cuando es evidentemente (hasta su rostro y su gestualidad lo muestran) un narcisista obsesivo engreído, psicológicamente dañado desde la infancia y lo bastante apagado de luces como para dispararse balazos a sus propios pies.
Casi ninguna de las empresas que lo hicieron rico fueron creadas por él solo, sino siempre con otras personas que aportaron dinero, ideas y/o know-how. Ni la primera, que acabó siendo Pay Pal, ni Tesla a la cual entró como inversor cuando ya había sido fundada y bautizada y de la cual acabó exigiendo que no lo llamaran CEO sino “technoking” o tecnorey, vaya gilipollas narcisista; Neuralink fue fundada por Musk junto a ocho científicos e ingenieros; Starlink copió una idea existente y comenzó con la compra de una compañía que ya ofrecía servicios satelitales de internet mientras que su empresa madre SpaceX, sí fue creada por Musk con la idea de abaratar el costo de los cohetes y con él personalmente seleccionando a los ingenieros y técnicos que los desarrollaron. Otra empresa que también fue idea suya es The Boring Company, una compañía constructora de túneles con sus máquinas desarrolladas en propio que hasta ahora sólo construyó unos pocos kilómetros de túneles en California y en Las Vegas: muchos de sus grandes proyectos anunciados fueron luego abandonados. Y finalmente está X, nacida como Twitter, que Musk compró floreciente y desde entonces está destruyendo lentamente, tras transformarla en la plataforma favorita de la ultraderecha, los conspiranoicos y difusores de fake news.
Dado que echó a todos quienes se ocupaban de la moderación, decenas de anunciantes la abandonaron al igual que mucho de los más importantes medios del mundo y decenas o cientos de miles de usuarios. Pero obtuvo millones de dólares en anuncios de la más rancia derecha republicana estadounidense proTrumpayaso. Al parecer Musk hizo modificar los algoritmos para favorecer la difusión de sus mensajes a sus más de 200 millones de seguidores, publicando obscenas falsedades y opiniones a favor del candidato Trumpirata y de la ultraderecha alemana AfD, antes de las respectivas últimas elecciones. En varias de las empresas de Musk hubo cantidad de denuncias de mal trato y malas o pésimas condiciones de trabajo.
Su personalidad narcisista y su ego desmesurado parecen ser antológicos y reñidos con la verdadera grandeza y/o genialidad, que siempre contiene una buena dosis de sana humildad y conciencia de los propios límites. Ese individuo está tan convencido de su superioridad intelectual que se siente obligado a multiplicarla y hasta ahora parece haber tenido 14 hijos con varias mujeres y vientres alquilados. Que no es tan inteligente como se cree lo revela el hecho de que hizo centrifugar su esperma de modo que ⅔ de sus vástagos son varones, con lo cual no ayuda sino que complica el futuro de nuestra especie y de su propia “inteligencia”. Que es un completo imbécil delirante quedaría demostrado porque a uno de sus hijos lo bautizó X Æ A-12 (a otro, Tau Techno Mechanicus y a una hija, Exa Dark Sideræl). A mi juicio, la idiotez inmoral del sujeto queda también explícita con el haber repudiado a su hija trans Vivian Wilson (nacida en 2004) a la que considera fruto del “neoMarxismo” en la universidad y el “virus woke”. Hay que tener la cabeza llena de mierda para eso.
Luego están las afirmaciones delirantes del personaje. El tipo asegura que en 2030 lanzará su primera misión tripulada a Marte y a partir de entonces comenzará la colonización del planeta rojo: cualquier estudioso serio del tema sostiene que es un despropósito totalmente irrealizable en esos pregonados tiempos. Pero según parece el tarado hace firmar, en la letra chica de los contratos de Starlink, que el firmante no reconoce ninguna autoridad soberana sobre Marte, un pedo mayúsculo. Otra payasada descomunal fue decir que su Boring Company podía excavar un túnel bajo el Océano Atlántico para unir Estados Unidos con Europa: es una taradez irrealizable, tanto más que varios expertos en túneles ya criticaron los pocos kilómetros que realmente excavó, que son estrechos e inferiores a los verdaderos túneles de transporte automotor, sin ventilación, ni vías de escape, ni espacio para maniobra en caso de accidentes. Una ulterior demostración de su desmesurada capacidad para exagerar despropósitos es que cuando el presidente Trump lo puso a cargo del “departamento de eficiencia gubernativa” (DOGE) prometió que reduciría en 2 billones al déficit federal de 7 billones de dólares, meta que después redujo a la mitad y finalmente a 150 mil millones. Y hay analistas que sostienen que el recorte será aun menor si no es que acaba implicando un aumento del gasto federal.
Otro indicio de que Musk es un pobre tarado salió a la luz cuando, a raíz de su disputa legal sobre la compra de Twitter, se publicaron 150 páginas de sus tuits en varios chats. A propósito de ellos, Charlie Warzel escribió en el artículo “Elon Musk’s Texts Shatter the Myth of the Tech Genius” (The Atlantic, 30/9/22) “Hay una tendencia, especialmente cuando se trata de los ultra-ricos y poderosos, a asumir y fantasear sobre lo que no podemos ver. Adscribimos sombrío brillo o malevolencia, que pueden ser muy bien inmerecidas o inconducentes. Lo que es llamativo sobre los mensajes de Musk, entonces, es la similaridad entre el comportamiento de estos hombres tras puertas cerradas y en público en Twitter. Quizá la verdadera revelación aquí es que la chatura que usted ve es la chatura que hay”.
El mismo autor en la misma revista (“Elon Musk Looks Desperate”, 12/3/25), escribiendo sobre el tarado que puso acciones de Tesla a la venta a 420 dólares sabiendo perfectamente que 420 en slang yanqui significa marihuana y por ello se ganó una reprimenda de la SEC (la autoridad de control de la Bolsa), logró con su trabajo en DOGE para Trump que las acciones de Tesla perdieran la mitad de su valor, que en varias ciudades autos Tesla fueran ensuciados (“swasticar”, tras su público saludo nazi) o dañados, que cubrieran de grafitti sus concesionarias y que varias de sus estaciones de carga fueran incendiadas. Las ventas de Tesla nuevos y usados se desplomaron abruptamente en Estados Unidos y aun más en Europa y Alemania, donde Musk hizo campaña en favor de la ultraderecha. El propio Trump se sintió obligado a salvar a su máximo contribuyente en la campaña electoral (285 millones de dólares) con una de las más vergonzosas escenas que se hayan visto jamás en el jardín de la Casa Blanca: cinco modelos de Tesla en exposición y el presidente diciendo que compraría uno y subiéndose al auto con Musk, alabando su tablero digital. Además, Trump declaró que todo ataque a las concesionarias Tesla sería considerado “terrorismo doméstico”.
Warzel apunta: “Y Tesla no es la única empresa de Musk que está luchando. El macizo nuevo cohete Starship de SpaceX explotó dos veces este año en vuelos de prueba. Y Ontario (Canadá) canceló su contrato con su compañía de internet Starlink para proveer e internet a comunidades remotas (200 millones de dólares anuales, n.d.a.) citando las tarifas de Trump. De acuerdo al Índice de Billonarios de Bloomberg, Musk es 148 mil millones de dólares más pobre de lo que era el día que Trump asumió la presidencia”. Y agrega: “Apenas 17 días después de mostrar una motosierra (que le regaló Javier Milei, n.d.a) y danzar triunfalmente en el escenario de CPAC (la repugnante conferencia de ultraderechistas, n.d.a.) el billonario parecía que estaba por llorar en el canal Fox Business a principios de esta semana”.
En su rol en DOGE, que con toda razonable justicia lo convirtió en una de las personas más detestadas de Estados Unidos, como escribe Juliette Kayyem en “Is DOGE Sure It Wants to Fire These People?” (The Atlantic, 1/3/25). Dice que en la Agencia Nacional de Seguridad Nacional, que supervisa los depósitos de armas atómicas, cientos de empleados recibieron telegramas de despido: el asunto causó tal revuelo que la Agencia tuvo que hacer marcha atrás y volver a emplearlos pero los pelotudos de DOGE (Musk trajo de sus empresas a docenas de jovencitos veinteañeros) se vieron en problemas porque habían bloqueado los correos electrónicos de los ex empleados y nadie se tomó el trabajo de apuntar otras formas de contacto.
En la Administración Nacional de Seguridad de Tránsito en las Rutas (que entre otras cosas controla la calidad de los vehículos, neumáticos y otros equipamientos y tiene 6 investigaciones pendientes sobre la tecnología de conducción automática de Tesla), Musk planeaba reducir la planta en un 10%.
También echó personal de la Agencia de Control del Tráfico Aéreo. Y en la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, de la que depende el servicio meteorológico nacional estadounidense. Los atorrantes de DOGE despidieron y luego a las apuradas volvieron a contratar a empleados del Departamento de Agricultura que monitoreaban la devastadora epidemia de gripe aviar.
Esta banda de delincuentes del Estado también apunta a la Agencia de Ciberseguridad e Infraestructura que molestó a los trumpelotudos por monitorear los esfuerzos extranjeros de interferir en las elecciones estadounidenses en favor del Monstruo Naranja. La Agencia protege las redes de computadoras que manejan el agua y la electricidad hasta los sistemas de salud. También se metió dentro del sistema de seguridad social que distribuye más de 5 billones de dólares por año y posee información sensible de millones de ciudadanos que reciben ayuda social y pagos del gobierno federal. Se comprende que el ultrabillonario sudafricano es hoy la persona más odiada de Estados Unidos.
La noción del conflicto de intereses no parece rozar la mente del felón convicto Trump ni mucho menos la del tecnoautoritario Musk que fue su principal financista de campaña. SpaceX tiene contratos con la CIA, el Pentágono y la NASA. Tesla recibió exenciones impositivas para autos eléctricos y subsidios para su red de estaciones de carga. Se estima que entre ambas, esas compañías ganaron contratos federales por 15 mil millones de dólares.
El genio-o-gilipollas no se limitó a meterse en los asuntos públicos del país donde vive y trabaja pero que no es el suyo. Ali Breland, en “Elon Has Appointed Himself King of the World” (The Atlantic, 10/1/25) escribió que Musk posteó una encuesta en X preguntando a los usuarios si “America debería liberar al pueblo británico de su tiránico gobierno”. También posteó en apoyo de un tal Tommy Robinson, activista islamófobo ultraderechista actualmente en la cárcel.
En Alemania, destruyó su reputación y la de Tesla apoyando a la ultraderechista Allianz fur Deutschland.
En 2022, Musk decidió cortarle el servicio de Starlink a Ucrania cuando estaba por lanzar un ataque contra los invasores rusos en Crimea, tras haber hablado con el embajador ruso en Estados Unidos. Ese mismo año usó Starlink para tratar de sortear una prohibición de X en Brasil por no pagar impuestos allí y en ambas cosas fracasó y hocicó: el Brasil de Lula le hizo comer polvo.
También desmanteló la Agencia U.S. de Ayuda al Desarrollo Internacional, posteando en X que era “el mayor esquema Ponzi de la historia” y una “organización criminal” que “debía morir”. Ojalá quien muriera fuera él: jamás Estados Unidos necesitó tanto un nuevo Lee Harvey Oswald como en la actualidad.
Pero no todo, afortunadamente, le sale bien: hace un par de meses, el Pelotudo Más Rico del Planeta gastó 25 millones de dólares en propaganda y regalando cheques de 1 millón para hacer campaña en la elección de un juez supremo del estado de Wisconsin y pese a todas las barbaridades que posteó en su X (“la gran triquiñuela de la izquierda es la corrupción de la justicia”, por ejemplo), el candidato republicano perdió por paliza frente a la candidata demócrata que no precisó ningún Musk.
En Wired en español, “Todo lo que necesitas saber sobre el DOGE de Elon Musk” (18/3/25), escribieron que Musk se mudó “al lado de la Casa Blanca, alojándose en la suite del Secretario de Guerra del Edificio de Oficinas Ejecutivas Eisenhower. Incluso había instalado su equipo de videojuegos. (…) En los días y semanas siguientes, el DOGE golpeó una parte tras otra del gobierno federal. Los Departamentos de Agricultura, Defensa, Educación, Salud y Servicios Humanos, Seguridad Nacional, Vivienda y Desarrollo Urbano, Justicia y Asuntos de los Veteranos; las administraciones de Aviación Federal, Servicios Generales, Seguridad Social y Nacional Oceánica y Atmosférica; la Oficina de Protección Financiera del Consumidor y el Servicio de Impuestos Internos; la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades; el Servicio de Parques Nacionales y la Fundación Nacional de la Ciencia; todos cayeron bajo el control de Musk. Se calcula que decenas de miles de empleados federales fueron despedidos o renunciaron. (…) En el camino, DOGE también obtuvo acceso a incontables terabytes de datos. Trump dio a Musk y a sus agentes carta abierta para acceder a cualquier sistema no clasificado.”
(…)
“Dos años antes, después de que Musk comprara Twitter, ahora X, en un caos de papeleo de última hora y transferencias de cientos de millones de dólares, había recortado aproximadamente el 80% de la plantilla de la empresa, cerrado al menos una docena de oficinas internacionales y anulado las políticas de moderación de contenidos en nombre de la “libertad de expresión”. Exigió cambios a tal velocidad que uno de sus allegados, Steve Davis, comenzó a dormir en la sede de la compañía en San Francisco con su pareja y su bebé recién nacido.
(…)
En Washington, Musk estimó que su equipo podría recortar “casi dos billones de dólares” del presupuesto federal. Después de dejar de lado los gastos no discrecionales: prestaciones de Medicare y la Seguridad Social y el pago de intereses de la deuda nacional, los dos billones de dólares eran un poco más de lo que le sobraba. En otras palabras, Musk estaba proponiendo la reducción de todo lo demás: desde la ayuda exterior hasta las subvenciones a la vivienda, desde el mantenimiento de los parques nacionales hasta la recopilación de datos meteorológicos básicos, desde las investigaciones sobre prestamistas depredadores hasta el funcionamiento de los sistemas de control del tráfico aéreo.”
En el sitio TruthorFake.com, el 8 de abril de 2025 se plantearon la cuestión “Fact Check: is musk an asshole” (así, apellido en minúscula y “asshole”: “gilipollas”) en su análisis el resultado es “engañoso”, ya que habría elementos a favor y en contra. Entre estos últimos, “promover teorías conspirativas, como la infundada versión sobre demócratas de alto rango y un supuesto círculo pedófilo, promover discursos de odio y antisemitismo en X y tener encima varios juicios e investigaciones federales en sus empresas”. Es sabido que el pobre tipo, además de los traumas infantiles que arrastra hasta la adultez (la mayoría de sus compañeros de colegio se debían pajear y querer coger a su bella madre modelo, mientras su viejo lo cagaba a palos) es un drogón que le da duro a la ketamina, la cual distorsiona todo lo que piensa un cerebro.
Es sabido desde tiempos bíblicos que la riqueza suele estar reñida con la bondad. Ya lo dijo Mateo 19:24: “Es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja, que para un rico entrar en el reino de Dios.” Con los ultra-ricos señores tecnofeudales del tipo Musk-Bezos-Zuckerberg lo de Mateo 19:24 parece mucho más cierto que hace dos mil años, pero como esos guachos no suelen creer en el reino de Dios, les chupa un huevo.
Algún genio de la computación debería inventar los algoritmos explosivos.
Como dijo Bill Gates a propósito de USAID, “el hombre más rico del mundo matando a los niños más pobres del mundo”. Leer en: https://www.theatlantic.com/politics/archive/2025/05/elon-musk-doge-opponents-dc/682866/