Gatos por liebre y sapos por rana en pescaderías y restaurantes argentinos
Como éste es un país de piscianalfabetas que no llega a comer 6 kg de pescado por persona por año (el promedio mundial es cuatro veces mayor), que tiene como sus mayores manjares de mar a las rabas, los cornalitos fritos y los langostinos con salsa golf y que consume con fruición esa porquería del rosmón salado fabricado en Chile pagándolo dos, tres y hasta cuatro veces más caro que cualquier otro pescado de mar (¡y comiéndolo crudo en chuchi!) y además tiene propensión por los tiburones (gatuzo, cazón) por la simple razón que no tienen espinas, es del todo natural que tanto en las pescaderías como en los restaurantes se cobre “impuesto al boludo” en forma de gato por liebre, de sapo por rana.
Uno de los más vergonzosos el “atún”, que en Argentina no existe porque no hay flota atunera. El único atún auténtico que se puede conseguir es importado y congelado. Pero en las pescaderías hay caraduras que venden “atún blanco” como si existiera tal cosa (todos los atunes son de carne roja): lo que venden es pez gallo que ni siquiera es un pez sino un condrictio, es decir un pez cartilaginoso sin espinas pariente de rayas y tiburones. Cualquier lata de “atún” que diga Industria Argentina es mentira: es pez gallo teñido marrón para darle color de atún enlatado. Corolario: como no hay atún, en rigor tampoco debería existir el sushi o el sashimi, que sin atún carecen de sentido. Pero los chuchimanes argentinos son capaces de hacerlo con salmón de fábrica chilena y los argentinos se lo comen ¡crudo! Sería más sabroso y saludable preparar el chuchi de kanikama o de salchicha de Viena.
Otra estafa habitual en pescadería y restaurante es la brótola: lo que suelen vender a precio duplo es filete de merluza cortado grueso. En la pescadería, es fácil distinguir el filete de brótola del de merluza porque el primero es de sección ligeramente triangular y no perfectamente plano como la merluza, además su color es rosa pálido y no blanco como la merluza. En el restaurante, la auténtica brótola se reconoce porque en su parte más ancha tiene un cordón de pequeñas espinas en forma de Y que no se pueden sacar al filetear. Si no están esas espinitas que no molestan, usted está comiendo merluza cortada gruesa al doble de precio. En una pescadería cara y elegante en avenida Santa Fe venden “brótola” y “brótola real” como si existieran dos tipos de brótola, cuando lo que deberían vender es “brótola” y “falsa brótola merluza cortada gruesa”. En la pescadería de Escobar donde a veces compro cuando ví que vendía una “brótola” del mismo color que la contigua merluza y se lo dije, el dueño me repuso “ah no, esa brótola que dice usted no se consigue”. Es normal que no se consiga, porque de brótola se pescan algunas docenas de toneladas anuales y de merluza, miles de toneladas. Pero esta estafa no es nueva: ya era habitual hace 50 años.
Luego, ya a nivel de chanchada, están los que venden en pescadería (como aquella de avenida Santa Fe) o sirven en restaurante la jibia (que es un decápodo, un calamar) por pulpo (que es un octópodo). En el video explico las diferencias entre ambos: la jibia nunca trae su cabeza, tiene diez tentáculos de los cuales dos más largos que son de sección algo triangular y no circular como los pulpos y sus ventosas son poco protuberantes y triangulares en vez de muy protuberantes y perfectamente circulares. Dada la diferencia de precio (y sabor y textura), vender jibia por pulpo es un robo: como puede verse en las fotos, a principios de noviembre de 2024 la jibia cuesta 4 veces menos que el pulpo. Pero también hay ladrones de pescadería que venden “pulpo español” al doble o triple de precio que el “pulpo cubano” que es la misma especie. El pulpo chileno es de otra especie y menor calidad. El pulpo colorado patagónico es excelente pero jamás llega a las pescaderías.
Pulpo blanco
I
También se estafa a los ignorantes con el “bacalao criollo” que no es bacalao, sino una especie de tiburón, el pez ángel, secado y salado.
Menos frecuente pero también posible es que ofrezcan centollón por centolla. Muy común en cambio es que los camarones congelados contengan hasta un 50% de su peso como hielo, o agua.
Pero quienes comen chuchi de rosmón salado crudo, se lo merecen. Y quienes quieran saber más de pescados y mariscos argentinos, pueden escribirme para comprar mi guía.