Más de un siglo de fotos del álbum familiar…(I)
Como, salvo mis primos estadounidenses Anna, Mathew y Tom, soy el único vástago que queda de la familia Bigongiari-Razzauti, heredé de mi hermana Marina los viejos álbumes de fotos familiares que armó mi abuela Ada Razzauti nei Bigongiari. De hecho la foto más antigua del álbum es de ella, cuando tenía 18 años en 1918…hace 107 años.
Son cientos de fotos en blanco y negro, en varios álbumes de cuero, prolijamente anotadas con fecha y lugar. Mirarlas me provoca una abismal melancolía, porque todos los que allí aparecen retratados ya no están en este mundo. Varios de los rostros que aparecen para mí no significan nada, no sé quienes eran o apenas los conocí de niño.
A pesar de que recorrí esos álbumes alguna vez con mis hijos, se que para ellos son inaferrables: todos antepasados que no conocieron. Pero además son fotos de papel en blanco y negro, una forma de recordar a las personas y las cosas que ya no existe. Cuando yo muera, supongo que no interesarán más a nadie.
A mis hijos, quizá les interesen un poco los últimos álbumes de mi abuela, aquellos donde aparecen mis padres y yo al nacer, luego mi hermana. Álbumes que se completan con los que a su vez hizo mi madre, que son varios volúmenes también y algún volumen de fotos familiares de mi lado materno, los Smolensky.
Miles de fotos que, si incluyo las de mis hijos, comprenden cinco generaciones. ¿Qué significan? ¿Dónde terminarán? El misterio de la vida…