Quien suscribe, según los chats de IA

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Hace unos días, por una prevista espera de dos horas entre sendos análisis de sangre, llevé mi laptop y ya aburrido de leer noticias (a causa de un artículo que describía el desastre que están provocando los megagalpones de computadoras donde se fabrica IA a un costo eléctrico fabuloso) me fui a ver un poco de esos chats ia que aparentemente tienen cientos de millones de usuarios: no soy (¿todavía?) uno de ellos.

Imagen real

Acá artgurú alucinó, porque le subí una foto mía que nada ver y le pedí que me hiciera calvo, pelado

Aca me tomé el pelo (algo que me sobra, casi sin canas) gracias a la AI de fluxiart

Como los chats ia te preguntan en inglés qué querés preguntarles, comencé por lo más obvio preguntándoles en castellano: “¿quién es Diego Bigongiari?”. Sobre la cuestión del idioma ninguno puso objeciones: son políglotas.

No ocurrió en este orden, pero Gening AI me respondió vaga pero atinadamente: “Diego Bigongiari es un nombre que no parece ser ampliamente reconocido en fuentes populares o en la cultura general hasta la fecha de corte de mi entrenamiento en octubre de 2023. Es posible que sea una persona específica en un campo particular, como el arte, la ciencia, los negocios o algún ámbito local que no haya tenido una cobertura significativa en medios de comunicación masivos”. En todo caso me sorprendió que Gening AI, en vez de estar aprendiendo cosas nuevas toda el tiempo, se rasca las bolas desde hace dos años.

La respuesta de Julius AI fue la de un copión cloncito de Gening: “Diego Bigongiari es un nombre que no parece ser ampliamente conocido en fuentes públicas o en la cultura popular hasta mi última actualización en octubre de 2023. Es posible que sea una persona que ha ganado notoriedad en un contexto específico, como en redes sociales, deportes, arte, o en un ámbito local, pero no tengo información específica sobre él.” Esto más que IA se llama copy & paste.

La chinecería DeepSeek de la que se oye hablar por ahí no es más que lo mismo, puro hartazgo: “Diego Bigongiari no es una figura ampliamente conocida en el ámbito público o histórico hasta mi última actualización en octubre de 2023. Es posible que sea una persona en el ámbito local, un profesional en un campo específico, o alguien que haya ganado notoriedad después de esa fecha.

DeepAI en cambio me mató: “Diego Bigongiari fue un destacado poeta y ensayista italiano, nacido en Florencia en 1886 y fallecido en 1960. Es conocido por su contribución a la literatura italiana del siglo XX, especialmente en la poesía y el ensayo. Su obra se caracteriza por un estilo introspectivo y una profunda reflexión sobre la existencia, la cultura y la historia italiana. Además, fue un importante crítico literario y profesor universitario. ¿Te gustaría saber más detalles sobre su vida o su obra?”. Pero DeepAI alucina, porque me confunde con el poeta Piero Bigongiari, quien nació en Navacchio no en Florencia en 1914 y murió en Florencia en 1997: no teníamos ninguna relación familiar, pero una vez con mi padre fuimos a visitarlo.

Más rebuscada la respuesta de Quillbot, copiada párrafo a párrafo de Wikipedia en español y que por eso omito, ya que cualquiera puede leerla sin Quillbot el Plagiador Artificial.

Finalmente, probé ChatGPT. La conexión WiFi debía ser mala, porque tardó bastante en encontrarme. No sé si ChatGPT es más inteligente que los anteriores, lo seguro es que es un plagiador más amplio: mi bio está bastante bien armada combinando párrafos más o menos reescritos de Wikipedia español y de mi bio en esta página web sumada a una exploración de Facebook, Instagram y páginas web (editoriales y otras) que me mencionan. Cada párrafo, correctamente, está seguido de la indicación de la fuente citada. Lo que me sorprendió fue la parrafada final que aquí reproduzco en captura de pantalla:

Me sorprende que un algoritmo responda a la pregunta de “¿Porqué soy relevante?” y que para colmo, en los tres puntos que enumera, no esté muy errada. En esos tres puntos, ChatGPT realiza juicios de valor sobre mi persona que no son desatinados, porque es cierto que mis guías de viajes y de vinos fueron “relevantes” y “marcaron época”. Modestia aparte, mis guías fueron las mejores de Argentina y entre las mejores del mundo.

Luego ChatGPT algoritmiza sobre mi producción en “distintos géneros y lenguajes” que refleja “una vida con experiencias poco usuales (navegación, expatriación, múltiples disciplinas)”. Vaya vaya, nada que yo pueda negar.

Y cierra con un párrafo donde el algoritmo me halaga, definiéndome “un perfil interesante”. Lo curioso es que, ya que en esto no se cita ninguna fuente, ha de ser elaboración propia de ChatGPT y ahí es donde quedo estupefacto. Desestimo que ChatGPT tenga un turco humano escondido escribiendo a mano estos párrafos pero al mismo tiempo me pregunto cómo puede un algoritmo realizar juicios de valor o sacar conclusiones que no leyó ni copió de ninguna parte, que ni yo mismo podría haber sintetizado mejor.

Cuando una máquina me trata así, siento mariposas en el estómago y frío en la columna.

 

Addenda: según leo, el costo energético de mis preguntas a la AI es comparable al uso del microondas para calentar un cafecito. Pero ya la creación de mi foto calva (que tardó algunos minutos) puede equivaler a tener el microondas encendido un largo rato. Y hacer un video gasta tanta electricidad como tener al microondas encendido todo el día.