¿Salmuerteras en la Tierra de Newsan-Mirgor?
La Tierra de Newsan-Mirgor, mal llamada del Fuego, es un cúmulo de burdas groserías. Que como muchas en Argentina comenzó ¡cuando no! con Perón en 1948 cuando decretó que el imaginario Sector Antártico Argentino dependía del gobernador marítimo del Territorio Nacional de Tierra del Fuego. Otros militares, ¡cuándo no!, decretaron en 1957 la existencia de algo llamado Territorio Nacional de la Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur. Por Antártida Argentina los que gustan masturbarse con esas cosas se refieren a un triángulo esférico entre los meridianos 25° y 74° Oeste y el paralelo 60° Sur, completamente superpuesto con sectores antárticos que análogos masturbandos chilenos y británicos reclaman para sus países.
Otra vez más los militares ¡cuándo no! en la dictadura de la “revolución argentina” tuvieron la aberrante idea de crear un régimen de promoción industrial que dio origen a la Tierra de Newsan-Mirgor, que hoy nos cuesta a los contribuyentes mil millones de dólares anuales: los imbéciles uniformados querían poblar la isla para contener la “amenaza geopolítica” chilena y así, en vez de limitarse a llenar de plantas ensambladoras a las escuálidas estepas en torno al pueblo de Río Grande, destruyeron para siempre al tramo más hermoso y único de la costa argentina, en el pueblo de Ushuaia. Llenaron a la isla de inmigrantes del noroeste argentino que hicieron desaparecer la identidad de los “nacidos y criados” y destruyeron Ushuaia transformándola en la villa miseria más austral del mundo. La población invasora en 50 años decuplicó con creces a los 13 mil habitantes de 1970. Los bosques fueguinos se llenaron de jaurías de perros salvajes abandonados.
Durante el gobierno de Alfonsín se decidió provincializar al territorio y hubo un largo debate entre los razonables radicales que propugnaban la “provincia chica” y los cretinos peronistas (¡cuando no!) que impulsaban la “provincia grande”, que fue lo que se impuso en el Congreso: los pajeros peronistas crearon una provincia onanista de 1 millón de km² que llega hasta el Polo Perón, mal llamado Polo Sur e incluye Islas Malvinas y otras donde si algún congresista nacional o fueguino pone pie, va preso y deportado.
Luego una chorra loca hoy presa y peronista (¡cuándo no!) obligó a que todos los mapas de la República lleven a la imaginaria Antártida a escala, desde Polo Perón hasta La Quiaca.
Ahora los onanistas libertarios, peronistas y fueguinos acaban de votar una ley provincial que modifica sin modificar a la ley de 2021 que en su artículo 3 prohíbe la fabricación industrial de salmones en el Canal Beagle, pero impulsa aquellas que sean “sustentables”. El gato encerrado es que la fabricación de salmones industriales sólo puede ser sustentable en estanques cerrados en tierra firme, algo a lo que no se dedican ni los señores feudales de Newsan (que fabrican trucha salmonada en los embalses del río Limay y crían mejillones en el Beagle) ni los oligopólicos de la noruega Mowi, el mayor fabricante industrial mundial de salmón: en Estados Unidos (donde está prohibido fabricar salmón) tuvieron que pagar una multa de 1,3 millones de dólares y dejar de mentir que su salmón ahumado era “obtenido sustentablemente” y “criado naturalmente”.
Porque sólo en aguas con poca marea y corrientes se pueden instalar fábricas de salmón, y eso es sólo en el Beagle. Esta repugnante industria fabrica esa asquerosidad que los brutos ignorantes argentinos se comen crudo en el chuchi al ácido nalidíxico, ácido oxolínico, amoxacilina, ampicilina, cefotaxina, cloranfenicol, eritromicina, gentamicina, canamicina, quinolona, estreptomicina, florfenicol, sulfamida, tetraciclina y trimetropin: una exquisitez. Para saber más (y no volver a comer esa mierda) ver mi nota El rosmón salado.