Un par de clases con Loris Zanatta

 In Blog, Loris Zanatta

La maestría en periodismo de la Universidad de San Andrés junto al grupo Clarín organizaron una serie de tres clases con el historiador italiano Loris Zanatta, de las cuales pude asistir a las dos primeras, el 17 y 18 de septiembre. Es un placer escuchar a alguien con ideas claras y profundas, que habla de lo que sabe y sin temor a apartarse de lugares comunes. Del mismo modo que para mí es un placer haber traducido ya varios de sus libros. Aquí sigue un sucinto resumen de los pasajes que me parecieron más interesantes.

Loris Zanatta

“Hoy sobre la palabra populismo existen bibliotecas enteras y las definiciones de populismo son incontables…las últimas que leí llenaban casi una página. Entiendo que los politólogos tienen que crear un concepto exacto. Yo soy historiador, el historiador es medio charlatán, está entre la ciencia y la literatura y a mi definición no la hice crecer con el tiempo sino que la achiqué y achiqué y hoy creo que es la más corta del mundo: el populismo es una nostalgia holística”.

“La palabra holística es fundamental en un autor que me influenció mucho en mis estudios, que es Karl Popper, que les invito a leer en “La sociedad abierta y sus enemigos”. Cuando yo leí a Popper me sentí medio boludo porque me dije mirá, todo lo yo que dije o pensé en mi vida alguien lo había dicho, escrito y pensado mucho mejor que yo, de manera que de haberlo leído cuando tenía 20 años me habría ahorrado un montón de cansancio. En “La sociedad abierta”, Popper tiene muy claro que la concepción holística del mundo es su principal enemigo. Entonces la palabra “populismo” se usaba poco, en cambio estaba fresca la palabra “totalitarismo”: la visión holística del mundo es un antecedente fundamental de la visión totalitaria del mundo.”

“Volviendo a mi definición, veamos en primer lugar la palabra “nostalgia” que hasta no hace mucho se usaba poco para la política y más para la literatura, la psicología, la poesía. Hoy se usa mucho más para el estudio de la historia. La del populismo es la nostalgia de algo que fue y no es más, algo que se ha perdido. El populismo implica una edad de oro perdida y el deseo de restaurarla. La utopía del populismo, como todos los fenómenos de raíz religiosa, no es progresiva o progresista (no lo digo en el sentido político) sino que está en el regreso a la pureza perdida, a los orígenes.”

“Estoy convencido que en la historia los mitos influyen tanto o mucho más que los hechos. Los jóvenes suelen ser más permeables a las mitologías. Especialmente a las mitología holísticas. En el relato nacional-popular argentino, Argentina fue un país corrompido por ideologías extranjeras, hijas de la reforma protestante, ajenas a la identidad nacional hasta que vino la redención a través del peronismo y el largo camino hacia la tierra prometida. Milei lo da completamente vuelta: la Argentina anterior al peronismo era un paraíso terrenal de prosperidad, de hermandad, de progreso, la primera potencia mundial (porque la hipérbole es fundamental en la mitología).”

“En el holismo, en su definición más simple, el sistema supera a la suma de sus componentes. Se puede definir también como organicismo. Es útil para las ciencias duras, para entender el funcionamiento del mundo. Pero si se aplica a las sociedades humanas, es complicado porque implica eliminar al individuo. Cuántas veces lo hemos escuchado, “a la célula enferma hay que eliminarla para mantener la salud del cuerpo social””.

“El orden holístico ideal de la tradición cristiana fue la cristiandad medieval. O sea la que vino aquí con la colonia. Había un pueblo, es decir un cuerpo, una fe, una misma regla y un rey, que era la cabeza del organismo. En esa sociedad cada uno cumplía su función. El clero, los militares, los campesinos. La idea del progreso no existe. La sociedad es perfecta porque responde a la voluntad divina. En una sociedad armónica que tiene sus reglas incorporadas y que son divinas, no se necesita la política. La política, como espacio autónomo de lo religioso, nace con la revolución racionalista cuando algunos filósofos (se comienza con Hobbes, después se avanza un poquito con Spinoza, después se crece aun más con Descartes, con los iluministas escoceses, franceses, con Locke, etcétera) se comienza a pensar que la vida de los hombres no puede ser reglamentada como un orden natural, que los hombres necesariamente son diferentes entre ellos, que no funcionan de manera armónica, que tienen conflictos: entre ricos y pobres, entre quien le gusta una cosa o la otra, entre quien tiene una ideología o una creencia y quienes tienen otra. Estos conflictos requieren la creación de un espacio político autónomo, reglamentado e institucionalizado para impedir que la fisiológica conflictualidad entre los hombres se transforme en una guerra de todos contra todos.”

“En la visión holística de la sociedad, que es la de los populismos, el conflicto es patológico, hay que eliminarlo. Al querer imponer la armonía y eliminar el conflicto, se transforma la vida política en una lucha maniquea entre nosotros y ellos”.

“Veamos esto en Argentina: pueblo y antipueblo. Alguien se erige en pueblo, el organismo sano, y todo aquello que no concilie con los elementos básicos de la identidad del pueblo no es legítimo, no es otra forma que debe ser incorporada a través de una institución plural sino que es el enemigo que amenaza la existencia misma del pueblo, el antipueblo. En Cuba se usa, desde la revolución, una palabra que es más clara que todas: aquellos, llamados también asociales, que no son asimilados por el pueblo entendido como comunidad holística, son contagiados.”

“Hay varias ideologías seculares, el marxismo primero, que tienen esta visión escatológica, religiosa de la historia. Al comienzo teníamos un modo de producción que era el esclavismo, después mejoramos y fuimos al feudalismo, mejoramos un poco más y llegamos al capitalismo pero la tierra prometida está en la hermandad de todos los hombres. Desaparecerá el conflicto.”

“Hay populismos biologistas, étnicos, religiosos, políticos, territoriales, hay para todos los gustos. Ya tenemos también los populismos valorativos, basados en valores: nosotros somos los honestos, por lo tanto todos ustedes son los deshonestos, somos los anticasta y todos ustedes son casta. O sea: una visión maniquea del mundo. Pero la idea de la iglesia en realidad ya estaba en Platón. La República al respecto es muy clara. Es lamentable pensar que Platón (que no tenía nada que ver con el totalitarismo moderno) fue el primero que elaboró un pensamiento estructurado de tipo holístico. Platón dice que en el comienzo el hombre es la inocencia pero al ingresar en la historia, se corrompe. La historia, nos dice ya Platón, es degeneración, rompe la armonía. La historia es caos, es fragmentación, es pluralismo, es conflicto. Entonces la República que más se acerca a la perfección es un orden que logra limitar lo más posible al cambio. El mundo está dado y así debe quedar.”

“El pueblo no está hecho por individuos, en la visión del populismo está hecho por un organismo. Nadie se puede separar de los demás.”

“Estamos volviendo a la época que en Occidente fue el nacional-catolicismo o sea la fusión entre nación y religión. El retorno de la religión al espacio público, que está determinando que muchos países, India, Rusia… donde la religión ha vuelto a ser el principal elemento de legitimidad del orden político. Y China, porque el confucianismo, que fue adoptado por el Partido Comunista, no es una religión pero tiene una visión holística del mundo, de pies a cabeza. Como el budismo, por otra parte. Hoy estamos viendo el nacional-budismo, con represión terrible de los no budistas.”

(Continuará…)

Leave a Comment