1. Una Buenos Aires onírica

 In Blog, Guía Existencial Argentina, IV. Ciudades y pueblos

Hace años, cuando vivía en Europa y después cuando navegaba a bordo de los cargueros, tenía un sueño recurrente con Buenos Aires: buscaba llegar a la casa de Silvia (ver “La llamada” y “La llamada: quedó ligado”) y no podía. Iba en auto por un laberinto de calles ortogonales que por algún motivo eran todas contramano, o estaban cortadas, o desviaban hacia otro lado. Daba vueltas y vueltas y el tiempo pasaba y yo no llegaba nunca hasta allí.

No hace mucho cuando escribía mi guia BUE comencé a tener otro sueño recurrente: descubría que en el sur de la ciudad existía una gran barranca y un parque estupendo con las antiguas murallas de Buenos Aires pero el libro ya estaba impreso y yo había omitido esa maravilla. En el sueño recorría esos lugares insospechados con una mezcla de asombro por verlos y culpa por no haberlo hecho antes. Era una barranca arbolada algo parecida a la ciudad de Paraná pero sin el río, con las murallas porteñas en lo alto y abajo un gran parque surcado por avenidas. La visión onírica de esas barrancas del sur era tan fuerte que incluso sabiendo que no existían una tarde estuve dando vueltas en auto para cerciorarme. No las encontré pero sé que están ocultas en algún lugar entre Barracas y Parque Patricios, más exactamente entre los hospitales Moyano y Borda y la clínica Sardá y el Instituto Bernasconi.

Otro sueño recurrente que tengo a veces es con un morro en La Boca del Riachuelo, que tiene un faro en la cumbre y un barrio pobre pero pintoresco en sus laderas y cada vez que voy me digo “tengo que venirme a vivir acá”. También sueño con las Lomas de Dock Sud y unos hermosos cerros camino a Quilmes y Berisso, con lindos caminos de ripio bien sinuosos. Se ve que a mi inconsciente no le agrada la infinita llanura.