12. Las cuestas de Miranda y del Portezuelo

 In Blog, Guía Existencial Argentina, II. Rutas y caminos

La Rioja es cortada en tres lonjas por las sierras de Velasco, Famatina y Sañogasta. En Catamarca las lonjas son cuatro, con tres sierras que asierran el territorio: la de Ancasti o del Alto, la del Manchao y Ambato y la de Fiambalá. Para conectar estos valles todas las rutas nacionales y provinciales dan la vuelta por el norte o por el sur de estas montañas, siempre por el llano. La única ruta de La Rioja que cruza montañas es la nacional 40 de Sañogasta a Villa Unión, por la cuesta de Miranda. Que es la única gran cuesta riojana: hay alguna menor como la del Huaco y otra construida a medias desde Sanagasta hasta Pampa de la Viuda en lo alto de la sierra de Velasco, pero falta la otra mitad a Chilecito. En Catamarca es parecido: la cuesta principal y más folklórica es la del Portezuelo, en tanto que la de Zapata dejó de ser transitada por los autos hace tiempo. La cuesta de Capillitas es más para parapentistas que automovilistas y la de Belén a Andalgalá es poca cosa.

En términos viales, La Rioja y Catamarca están igual que hace medio siglo: circunvalaciones de cientos de kilómetros alrededor de las montañas y sólo unas pocas y anticuadas carreteras de cornisa por formidables desfiladeros, que a veces tienen tramos de ancho apenas suficiente para un auto. En 2011 las cuestas de Miranda y del Portezuelo estaban igual que veinte años antes cuando las recorrí por primera vez. En La Rioja y Catamarca no hay progreso porque no hay caminos y no hay caminos porque no hay tráfico que justifique túneles o buenas rutas de montaña. Con un túnel de veinte o treinta kilómetros de largo se llegaría en una hora de La Rioja a Villa Unión y de San Fernando del Valle a Tinogasta. Pero en La Rioja y Catamarca nadie tiene apuro por llegar.

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