18. Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur

 In Blog, Guía Existencial Argentina, III. Provincias

Vaya nombre pomposo y largo para una de las provincias argentinas más chicas y menos pobladas, además de la más joven. Andá a escribirlo en un folleto turístico en inglés o explicárselo a un turista extranjero sin que resulte cómico. Porque gracioso es: la Isla Grande de Tierra del Fuego sólo por mitad es argentina, la otra mitad es chilena. En Antártida ninguna nación reconoce derechos territoriales de ninguna otra, pero por las dudas los supuestos sectores antárticos argentino, chileno y británico se superponen y en ese sándwich de seudoterritorios superpuestos hay también docenas de bases de otros países. Además, la Antártida se está derritiendo. Y sobre las Islas del Atlántico Sur descontando isla de los Estados no flamea ninguna bandera nacional. A mí me fastidia un poco esa tendencia nuestra a enmascarar la realidad con las palabras. Y más me fastidia que la democracia civil perpetúe trazos de mentalidad militar argentina como esa de adueñarse con el verbo de territorios que no somos capaces de poseer ni administrar. El gesto vacuo y simbólico, la revancha de los perdedores. Así el ex Instituto Geográfico Militar rebautizado Instituto Geográfico Nacional por CFK no deja entrar al país ni salir de él ningún mapa, guía o enciclopedia que no diga donde debe Islas Malvinas. No importa que esos mapas antipatrióticos penetren a raudales en revistas y diarios y por Internet: lo esencial es el gesto, no su efectividad.

Según la papelería oficial, Tierra del Fuego suma 21.571 kilómetros cuadrados con apenas 140.000 habitantes repartidos en dos pequeñas ciudades y un pueblito, pero llega hasta el Polo Sur: ¿cómo podría la ciudad de Ushuaia, que a duras penas resuelve sus graves problemas urbanos con 80.000 habitantes, gobernar hasta 90º de latitud sur?, ¿con qué, cómo, de qué manera haría efectivo su gobierno no digamos en Puerto Argentino sino en las Orcadas o las Sandwich del Sur?, ¿dónde están las naves rompehielos, aviones y helicópteros?, ¿una provincia que no logra resolver el drama de los perros cimarrones y el cuatrerismo podría gobernar un millón de kilómetros cuadrados del último continente impoluto?, ¿cómo, si depende de los servicios de balsas chilenas para comunicarse con el resto del país?

Durante su presidencia Doctor Alfonsín impulsó la creación de la provincia pero fue razonablemente reluctante a cargarla con la Antártida e islas del Atlántico Sur: quería la “provincia chica”. Pero el peronismo pretendía “la provincia grande” y la obtuvo con Doctor Menem. No sé quién ganó con eso, pero el país y Tierra del Fuego salieron perdiendo.

De todos modos, en honor al valor de la palabra presidencial en tiempos del energúmeno, dicha provincia debería ser rebautizada Tierra de Newsan-Mirgor.

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