47. Cuartos de hotel

 In Blog, Guía Existencial Argentina, III. Provincias

Casi todos mis viajes ruteros por la Argentina fueron viajes de relevamiento turístico, es decir de trabajo y así mi elección de los lugares donde dormir no dependía de mi gusto personal o mi bolsillo sino del presupuesto disponible o las invitaciones. Descontando a Buenos Aires a la que desconozco por completo en ese aspecto (la única noche de hotel no alojamiento que pasé en esa ciudad fue mi noche de bodas) dormí en muchos de los mejores hoteles y hosterías del país de los que conservo gratos pero borrosos recuerdos: fuera del Llao Llao, el Tunquelén y la Hostería Isla Victoria, el Las Hayas de Ushuaia y el Sheraton y Costa Galana de Mar del Plata no tengo gran memoria de habitaciones con un panorama que corta el aliento. Se me confunden las almohadas mullidas y los baños llenos de ammenities. Pero en mi último recorrido integral por nuestro país exploré sistemáticamente la franja de los hoteles de tres estrellas: fue una experiencia interesante ya que por un lado me demostró que se puede viajar razonablemente bien por la Argentina sin gastar demasiado y por otro que así como las habitaciones de los hoteles cinco estrellas se parecen mucho, las de tres estrellas en definitiva son todas clones de una misma habitación distorsionada por razones arquitectónicas. Los hoteles de lujo tienen televisión en el cuarto pero escondida dentro de un mueble. En cambio el cuarto de tres estrellas se define básicamente por tener televisión a la vista sobre el mueble o colgando del techo o la pared. Muchas veces uno recibe las llaves del cuarto junto a un control remoto de tv que de tan usado a veces da asquito tocar. Hoy hasta los hoteles de dos, una y cero estrellas suelen tener televisión, pero ningún tres estrellas no la tiene. Como soy de mirar muy poca tevé y suelo llegar a los cuartos de hotel agotado pero con ganas de leer algunas páginas del buen libro que siempre me llevo de viaje (y que casi nunca tiene nada que ver con mi viaje, ese es mi descanso) me llama la atención que en la hotelería argentina el elemento que define a la idea del confort sea la televisión. Lo demás puede ser escuálido cuanto se quiera, sin el menor detalle de gracia. La calidez de un cuarto de hotel está dada por el aparato receptor. Como me gusta leer antes de dormir pude comprobar personalmente que en la franja de las tres estrellas la luz de lectura en la cama es por regla general una porquería igual que las almohadas, que son artefactos detestables para tirar al suelo apenas apago la luz. Porque las camas de hotel tres estrellas en Argentina no están hechas para leer (¿qué es eso?) sino para mirar televisión. Descontando a la hostería de Isla Victoria a la que amo por razones personales y además porque es la única de nuestro país en una isla lacustre, a mi gusto el mejor hotel de la Argentina es Puerto Bemberg (Misiones) donde no hay televisión, se puede elegir un menú de siete almohadas distintas y en cada habitación hay algunos buenos libros además de una formidable biblioteca en el salón. Eso es un hotel, donde da ganas de quedarse.

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