El término “elefante blanco” en Argentina se refiere a una gran obra arquitectónica abandonada, de la que el ejemplo más sobresaliente era el enorme hospital cuya estructura se levantó en el barrio porteño de Villa Lugano durante el primer gobierno de Juan Domingo Perón pero quedó inconcluso y por siempre abandonado, es decir ocupado informalmente: debía ser el mayor hospital de América del Sur pero acabó demolido en 2018. Otro elefante blanco porteño de la misma época y origen desapareció: el Albergue Warnes, un colosal hospital de niños que terminó siendo una infame villa miseria de diez pisos y acabó dinamitada en la década del ‘90. Uno de los elefantes blancos más llamativos del interior es la Ciudad Universitaria Eva Perón en San Javier, en lo alto de la sierra que domina a la capital tucumana: una estructura de hormigón de cien metros de largo y seis pisos de altura abandonada desde hace más de setenta años, que en el proyecto original debía estar conectada con el llano a través de un cablecarril.

Pero no fue sólo el populismo estatizante el que sembró elefantes blancos en nuestra geografía: los privados también hicieron lo suyo. Un ejemplo del que ya no quedan más que unas pocas ruinas es la Mansión de Invierno u Hotel Continental al sur de Empedrado en Corrientes: emplazado en un formidable parque a orillas del Paraná fue inaugurado en 1914 como un lujoso hotel-casino que sólo funcionó unos pocos meses y fue desmantelado pocos años después. Un caso similar fue el Hotel Sierra de la Ventana que abrió sus puertas en 1911 pero cerró seis años más tarde aunque siguió en pie y durante la Segunda Guerra Mundial albergó a los tripulantes internados del acorazado alemán Graf Spee: ya desmantelado, a principios de los años ‘80 se incendió y de él no quedaron más que los muros. Otro hotel de la misma época que también albergó marinos del Graf Spee y está semiabandonado desde hace décadas es el Eden de La Falda, cuyos propietarios de anteguerra fueron ardientes simpatizantes de Hitler y el nazismo. En Mar del Sur están las ruinas del Boulevard Atlantic Hotel con su centenar de habitaciones. Y en Villavicencio, Mendoza, también hay otro hotel abandonado desde hace décadas.