62. La escritura amenazadora

 In Blog, Guía Existencial Argentina, III. Provincias

Cuando viajaba relevando información podía o no llevar de acuerdo a lo que estaba haciendo una cámara fotográfica (y en los últimos años un celular) pero mi herramienta de trabajo esencial además de los mapas (de papel) eran un cuaderno y una lapicera donde anotaba lo que veía, pensaba y escuchaba de mi interés. Visité siempre todos los lugares y museos de incógnito pero con un cuaderno en la mano derecha y lapicera en la mano izquierda y en varias ocasiones me pasó que mi conducta fuera observada como extraña o sospechosa por los guías o los guardas. Un tipo zurdo que anota en un cuaderno en vez de sacar fotos o filmar (en los últimos años, todos con el celular) como hacen los turistas es llamativo: está haciendo algo raro, como si la pluma pudiera extraer de un lugar más información que la foto o el video; está espiando, puede ser un ladrón o un periodista o un inspector, no es un turista normal en su sano juicio. Y cómo le molesta a algunos funcionarios o empleados públicos que un ciudadano anónimo tome nota en un cuaderno de sus dichos: es casi peor que fotografiarlos, filmarlos o grabarlos. Confieso que este juego me divertía y encontraba apasionante que sólo por estar tomando notas o croquis en mi cuaderno a veces me preguntaran qué estaba haciendo o porqué lo hacía o quién era para estar haciendo eso. Un hombre anónimo desprovisto de gadgets tecnológicos que sólo usa pluma y papel para tomar nota de sus viajes es visto como algo extraño o sospechoso. Me encanta que escribir en tinta y papel parezca más enigmático y poderoso que la tecnología actual…pero temo que lo único que demuestra es que todavía en nuestras provincias hay mentes bastante provincianas.