La mentira presidencial, por cadena oficial
Llama la atención que alguien que se autodefine liberal-libertario haga su primer discurso al país utilizando el medio más autoritario y fascista, la “cadena nacional”: algo que no existe en ningún país democrático avanzado.
Llama la atención que alguien supuestamente inteligente como el creador de Mercado Libre cacaree de inmediato “te mintieron durante 80 años y te dijeron la verdad en 10 minutos”. Este unicornudo puede ser que ignore quienes fueron Frondizi o Illia. Más grave es que se crea la mentira descarada que el candidato ahora presidente propaló repetidas veces en su campaña: que la Argentina alguna vez fue la “primera potencia mundial”. Hay que ser muy bruto e ignorante para sostener algo asi. Lo más que llegó a ser nuestro país en su época de vacas gordas es una de la media docena de países con más alto rédito por habitante o mayor cantidad de teléfonos o automóviles (todos importados). Es una sandez semejante a sostener que Brunei, Luxemburgo o Abu Dhabi hoy son “potencias mundiales”.
El mentiroso de marras tilda de “potencia mundial” a un país que por entonces sólo exportaba carne, cuero y tanino, ni siquiera granos, todavía. Que no producía nada con algún valor agregado. Que necesitó que verdaderas potencias extranjeras construyeran sus tendidos ferroviarios, eléctricos, telegráficos y telefónicos. Que cuando estuvo a punto de guerrear con Chile a principios de siglo XX tuvo que hacer construir en Italia (¡la pequeña y pobre Italietta!) sus primeros acorazados y tuvo que encargar a un ingeniero italiano que construyera su primera base naval. Y a otro ingeniero italiano que diseñara y construyera los sistemas de riego artificial en Mendoza y Río Negro.
Por entonces Estados Unidos ya sí era una potencia: hacía casi un siglo que sus veleros clippers eran los mejores del mundo mientras acá apenas se fabricaban botes o chalupas. Tendió sus propios ferrocarriles y redes eléctricas, telegráficas y telefónicas sin necesidad de extranjeros y fabricó sus propios automóviles al tiempo que creó su industria del petróleo.
Eso es una potencia. No la potencia de morondanga que cacarea un mentiroso por cadena nacional. Y que, para agravar aun más las cosas, promete volver a ser, una peronisteada vergonzosa y además imposible de realizar sólo con “la mano invisible del mercado”. Pobre Argentina, en qué berenjenal te metiste solita…