Hace más de 40 años, la revista Tía Vicenta de Landrú publicó, con el titulo que antecede, esta receta que reproduzco (traduciéndola del francés) a partir del delicioso volumen Argentine de Pierre Kalfon, que Petite Planète publicó en 1967 y que fue el librito que hizo que de grande me dedicara a escribir guías de viaje:

“Tomar en este orden: una mujer indígena de anchas caderas, dos caballeros españoles, tres gauchos fuertemente mestizados, un viajero inglés, medio pastor vasco y un pedacito de esclavo negro. Dejar reposar suavemente durante tres siglos. Antes de servir, agregar rápidamente cinco campesinos italianos (del sur), un judío polaco (o alemán, o ruso), un posadero gallego, tres cuartos de tendero libanés y una prostituta francesa entera. No dejar reposar más de cincuenta años y servir frío y engominado”.

La receta me parece que sigue siendo válida, aunque quizá se podría actualizar con una espolvoreada de comerciante chino o coreano y salpimentado con una pizca de inmigrantes de países vecinos y venezolanos. Pero lo que ciertamente cambió es la presentación final, ya que en vez de engominado habría que decir brusheado o teñido o lookeado al gusto del consumidor. Lástima que sea una receta para fabricar un varón y no una mujer argentina media.