¡Al gran Merlot argentino, salud!

 In Bodegas, El desván, Textos y pretextos

Unos días antes de fin de año, la bodega Kaiken con su ingeniero agrónomo y enólogo Rogelio Rabino ofreció un gustosísimo almuerzo en Las Pizarras (Palermo, CABA) donde, además de su espumante y un Sauvignon Blanc-Semillon, dieron a conocer su nuevo Ultra Merlot.

Hay que ser un poco marciano como quien suscribe para no haber comido nunca antes en Las Pizarras, el bistró nocturno del chef-propietario Rodrigo Castilla, ocasión que agradezco a Kaiken y lugar que quedará indisolublemente unido en mi cabeza a su Merlot. Todo estuvo de maravilla, pero lo más memorable fue el vacío cocido en horno japonés kamado: podría decir que también fue la primera vez en mi vida que comí vacío.

Rogelio Rabino

Jamás podría trabajar en marketing porque pocas cosas me resultan más irritantes que las costumbres estúpidas de los consumidores. Detesto que sea imposible comer manteca naturalmente blanca porque los bobos la quieren con colorante amarillo, o que el Extra Virgen no sea turbio como debería por que los tontos no lo comprarían. Y deploro que el 80% de los vinos que beben los argentinos sean tintos y que el Malbec se trague la tajada mayor de ese mercado interno. No me gusta ver Tannat, Syrah, Pinot Noir o  Merlot en rol de comparsas.

Así las cosas, me reconforta que Kaiken haya sumado a sus formidables Malbec y Cabernet este nuevo Ultra Merlot 2016 del que hicieron 6.100 botellas (350$: hay muy buena relación calidad/precio, by the way). Rogelio Rabino explicó que proviene de un parral en Vistalba de 76 años de edad y con franqueza inusual en el gremio enológico comentó que la cosecha 2015 “se le pasó” de punto: como es a la vez enólogo e ingeniero de la casa admite que a veces “me peleo conmigo mismo”. La 2016, con un 7% de Cabernet Franc, pasó toda por bordelesas de las cuales un tercio nuevas: “el Merlot y el Cabernet Franc son las variedades a las que mejor les hace la botella”. Aquí van mis notas de cata, tomadas no a ciegas pero sí en la placidez de mi escritorio de trabajo:

Kaiken Ultra Merlot 2016

De color azul rojizo brillante, viene bien pertrechado en aromas frutados, de tomate, cierto cárnico y una discreta crianza. En boca insufla un cuerpo más que medio, con taninos presentes pero armoniosos y un copioso sabor que retoma su aroma subrayando el tomate y la discreta crianza, con un final largo que deja recuerdo de fruta negra algo avainillada. Un hermoso ejemplar de Merlot, elocuente e intenso, que merece un par de años de estiba para cobrar toda la elegancia propia de la cepa.

El gran Merlot argentino no sólo proviene de la Patagonia sino ahora también, de Vistalba.

 

D.B.

 

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