Dos nuevas cosechas de dos viejos clásicos argentinos
Recibo de López y con el mayor gusto cato y comento dos nuevas cosechas de sus más clásicas etiquetas. De esos vinos que nunca traicionan al paladar y, como sucede con los clásicos del arte, siempre vuelven a sorprender.
Rincón Famoso 2016
Tiene una voz aromática propia, que no es un vozarrón ni un murmullo, de timbre muy agradable que dice de fruta negra y esa crianza subyacente y sin robleces que sólo dan los toneles. En boca, desde el ataque hasta el gustillo, resulta amable y simpático al paladar, bien redondo en sus taninos, lindamente frutado pero acompañado por una estructura que viene de su crianza, fácil de gustar pero no zonzo, largo todo lo necesario y de placentero recuerdo. A 270$, es de esas botellas amigas que nunca fallan y honra bien a su nombre: un rincón famoso en toda buena carta de vinos argentinos.
Chateau Vieux 2013
Con su discreto bouquet por el lado de las tierras y hojarascas ya toma distancia de los vinos habituales y aún más en boca, donde discurre con suave tersura y elegancia gracias a unos taninos impecables, acidez perfecta y una delicada materia sápida donde sustancia frutada y la crianza se amalgamaron al punto de tornarse indiscernibles, largo y acompasado hasta el final, de gustillo a bombón de fruta. A 300$ hay pocas botellas tan elegantes y que hacen en el paladar el mismo efecto que al oído volver a escuchar música en discos de vinilo.
López Virgen Extra 2019
Recibí también una botella de la nueva cosecha del aceite de oliva de la casa, suave y delicado en su aroma de fruta madura con algo de banana y hierba, blando y fluido en boca, dulce en su ausencia de picante y amargor apenas insinuados es decir un oliva de carácter neutro y versátil, muy indicado para toda clase de usos en la cocina y en la mesa.
D.B.